La plasticidad celular es una propiedad por la cual una célula puede adquirir varias indentidades distintas y reversibles. Es esencial en el desarrollo embrionario o para el correcto funcionamiento del sistema inmune. Este proceso es también crucial en el cáncer, ya que muchas células cancerosas aprovechan esta propiedad para resistir a la quimioterapia e invadir y colonizar distintas partes del cuerpo.
El objetivo de este área es comprender los mecanismos moleculares y celulares involucrados en enfermedades como el cáncer, y entender además cómo las células procesan y comparten información entre ellas para organizar un comportamiento colectivo. Para ello se trabaja desde diferentes enfoques. Se buscan comprender en profundidad el comportamiento de las células madre del cáncer (CSC) y conocer sus redes de transcripción de factores críticos en esta pluripotencialidad – necesarios para el desarrollo del tumor – para poder a futuro encontrar blancos alternativos para tratarlos.
Esta familia de virus se caracteriza por tener picos o espigas en forma de corona en su superficie.
Los coronavirus humanos son comunes en todo el mundo, fueron identificados por primera vez a mediados de la década de 1960.
Se han identificado siete coronavirus que pueden infectar a las personas. Los tipos 229E (alfa coronavirus), NL63 (alfa coronavirus), OC43 (beta coronavirus) y HKU1 (beta coronavirus) comúnmente causan enfermedades respiratorias leves a moderadas, mientras que los coronavirus MERS-CoV (coronavirus del síndrome respiratorio del medio oriente) y SARS-CoV (coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo), con frecuencia causan enfermedades graves.
El análisis del genoma de SARS-CoV-2, en combinación con las pruebas bioquímicas y las imágenes obtenidas por microscopía electrónica, permite conocer mejor sus características. Así, a partir de pruebas bioquímicas y estructurales los investigadores han determinado que la parte más variable del genoma del coronavirus se encuentra precisamente en el dominio de unión al receptor de la proteína S, una proteína necesaria para la invasión del virus. En humanos, este dominio proteico tiene una afinidad especial por los receptores ACE2 de las células del hospedador.